Jaboneando (II)

¿POR QUÉ HACER JABONES?

Puesto que tenemos tantos tipos de jabones en el mercado, ¿por qué hacerlos en casa?

Hay varias razones:
  1. Podemos tener jabón, líquido o sólido, para lavar la ropa, hecho por nosotros, a bajo precio, aprovechando los aceites y grasas que no habrá que llevar a la planta de reciclaje o tirarlos por el desagüe.
  2. No contaminaremos el medio ambiente con tensioactivos y otros productos contaminantes.
  3. A bajo coste podemos hacernos jabones, incluso gel de ducha y champú, que no sean peligrosos para la salud.

 Actualmente existen alrededor de unos seis mil componentes químicos permitidos y no controlados. Parece ser que los más peligrosos o los potencialmente más peligrosos son los siguientes: 
  1. Lauril Sulfato de Sodio
  2. Triclosán
  3. Formaldehídos
  4. Parabenes…
Además de todos los derivados del petróleo.

Por todo esto: ¡¡¡HAGAMOS JABÓN!!!

CONSIDERACIONES PREVIAS

¿Por qué el jabón hecho con aceites y/o grasas saca la suciedad?
Por la SAPONIFICACIÓN, que es el proceso que convierte la grasa o el aceite en jabón limpiador.
La saponificación no es otra cosa que una reacción química que consiste en:

SOSA (NaOH) o POTASA (KOH) (un álcali)
+
AGUA
=
JABÓN + GLICERINA

Aún así, hacer jabón no es del todo sencillo.
Necesitamos conocer unos parámetros que nos ayuden para que la saponificación se lleve a cabo correctamente. Si no, podemos tener un jabón demasiado blando, o una masa cáustica completamente inservible.
Por eso, conviene conocer unos cuántos parámetros y proporciones. Estos parámetros son el que se conoce como “Tablas de saponificación” 


Para saber cuanta sosa hace falta para saponificar una cantidad de grasa concreta, sólo hay que multiplicar esta cantidad por el valor correspondiente que aparece en la tabla.
Así, por ejemplo, para saponificar totalmente 100 g de aceite de oliva (parámetro 0,134) hay que multiplicar 100 x 0,134 = 13,4 g de sosa.
Y, además, también tenemos que calcular la cantidad de agua que necesitaremos para hacer la disolución de la sosa.
Calcular el agua es sencillo. La cantidad de sosa la multiplicamos por 2,33. Así obtenemos la cantidad de agua necesaria: 31,22 g de agua.
Normalmente se deja una cantidad de aceite sin saponificar, por lo cual se pone algo menos de sosa de la que corresponde. A esto se le llama sobreengrasado. Normalmente el valor oscila entre un 8 y un 10% y la concentración de la sosa en el agua puede oscilar entre un 25 y un 30% o más.

Pero creo no hay que complicarnos tanto la vida. Hay unas maravillosas calculadoras online que nos calculan ellas solitas todo lo necesario para hacer un buen jabón. (Nos dicen la dureza del jabón, la espuma que nos dará, la limpieza, la permanencia, etc. E incluso nos informan de los ácidos grasos que contienen nuestros aceites y su tanto por ciento a la receta). ¿Hay alguien que todavía no conozca la calculadora de “Mendrulandia”? Mendrulandia es una página web maravillosa dedicada a la elaboración de jabón, cremas, y demás artes creativas, pero sobre especializada en jabones (no hay que dejar de visitar su foro).


AHORA SÍ… EMPEZAMOS…

¿QUÉ NECESITAMOS?
Antes de que nada, medidas de seguridad:
  • Guantes de goma
  •  Mascarilla
  • Gafas protectoras
  • Bata o delantal para no ensuciarnos




MATERIAL

Todos los enseres tienen que ser de cristal, plástico o acero inoxidable, nunca de aluminio, cobre o hierro.
  • Balanza de precisión
  • Jarras medidoras
  • Batidora eléctrica
  •  Espátulas
  • Molde
  • Termómetro (opcional)
PASAMOS A LA ACCIÓN

Una vez ya calculados los ingredientes preparamos la disolución de la sosa con el agua. Importante: echar la sosa en el agua, nunca al revés. Hay que tener cuidado, pues mucha temperatura. Cuando la sosa esté muy disuelta, dejarla enfriar.
Mezclamos los aceites (si usamos aceites sólidos se tendrán que calentar para disolver -a baño María o microondas hasta que estén disueltos-).
Cuando tengamos la disolución de la sosa y los aceites a la misma temperatura (unos 40º), podemos empezar a hacer el jabón. Normalmente añadiremos la sosa a los aceites despacio, y batiremos como si hiciéramos mayonesa. Cuanto más caliente esté el aceite, antes llegaremos a la traza, que es cuando la mezcla coge consistencia de mayonesa (un poco líquida) y al levantar la batidora dejamos una “traza”. Si hacemos jabón para limpiar la ropa, será el momento de enmoldarlo. Si hacemos jabón de manos o para el cuerpo, será el momento de añadir los aceites esenciales, los aditivos o los aromas. Podemos dividir la mezcla en dos, o más, y añadir color. Esto ya va a gusto e inspiración de cada cual. Y enmoldarlo.
Normalmente, hay que abrigar el jabón y dejarlo reposar unas 24 horas. Después, lo desenmoldaremos y lo cortaremos, antes de que se endurezca demasiado.
¡¡Y ya hemos terminado!!

Espero que haya sido interesante. Y para no dejar el post sin una receta, aquí van dos de muy sencillitas.

RECETA DE JABÓN PARA LA ROPA

1 kg de aceite de oliva reciclado
181 g sosa
460 g agua (-25% sobreengrasado y 28% concentración)
Nota: si el aceite reciclado lleva mucha agua, hay que rebajar un poco los 460 g de agua.
(receta para unos 1600 g de jabón)


RECETA DE JABÓN DE OLIVA VIRGEN Y KARITÉ

400 g de aceite de oliva virgen
100 g de aceite de coco
100 g de manteca de karité
20 g de aceite de ricino
80 g de sosa
190 g agua (8% de sobreengrasado y 28% concentración)
30 g fragancia o aceites esenciales (he descontado un poco de agua para compensar el peso de los aceites esenciales o fragancias).

(para unos 1000 g de jabón)

Jaboneando (I)

Este fin de semana me he reunido con mis compañeras y ya amigas del curso de Flores de Bach al que asistimos durante el curso 13-14.
Pero esta vez no fue para hablar de esencias florales, que también, sino que lo hicimos para jabonear. Hace algún tiempo que practico con aceites, sosa, potasa, glicerina, y también intento hacer algunas cremas cosméticas, y ellas me pidieron que las ayudara en algunas nociones básicas. En realidad, era una excusa para encontrarnos todas un domingo y pasar un rato entretenido. Lástima que hubo dos amigas que no pudieron estar, en presencia, pero sí nos acompañaron todo el día en corazón y alma.
Bueno, del encuentro salieron algunos jaboncillos y mucho gusanillo por seguir practicando. Y es que esto de jabonear engancha mucho.
 
El resultado del jaboneo
Y está por ver qué más puede salir de ese encuentro. Porque ilusiones para seguir todas juntas hay muchas.

 Por mi parte, quiero aportar en esta entrada alguno de los principios que me llevó a este mundo. Y esto será en la entrada Jaboneando (II). Al poco de empezar, y como estaba enganchadísima, me propusieron en el trabajo que les hiciera un tallercito de jabón. Y por ese motivo hice la siguiente recopilación, que es la que presento como introducción. Más adelante seguiré en el blog con más teoría e instrucciones, y si no lo he hecho hasta ahora es porque creo que hay personas mucho más preparadas que yo para hacerlo. Hay blogs muy interesantes que nos hablan del jabón y que nos presentan las creaciones de los artistas que los llevan a cabo. No quisiera dejarme a nadie en el tintero, pero hay que visitar las páginas de Jabones Ramy, Jabones de casa (Maku), Jabón Piel de seda (Blanca López), las páginas de Sergio Masala (un artista increíble), y muchas más que confeccionan una larga lista.

Mis amigas con sus producciones