Ágata

El ágata no es un mineral específico, sino un conjunto de variedades micro cristalinas del cuarzo, del grupo de los silicatos. Su nombre proviene del río Achates, en el sur de Sicilia, donde según se cuenta, se encontró por vez primera. Tiene variedad de colores: gris azulado, gris, gris verdoso, gris blanquecino, rojizo…
Se forma en las cavidades de las rocas volcánicas, por donde se filtran y depositan por capas las soluciones calientes ricas en sílice. Se caracteriza por presentar una serie de bandas concéntricas de colores similares, opacos y translúcidos, que recuerdan el corte de un tronco de árbol en sentido circular. Algunas veces las ágatas se tiñen para resaltar el dibujo que forman sus bandas. Así se obtienen colores mucho más vivos.
Existen muchas variaciones de Ágata. El ágata dendrítica, con formaciones en hierro y manganeso, que le da aspecto de ramas de árboles con apariencia de fósiles; el ágata musgosa, que es incolora con ramificaciones de colores (rojo, negro, verde) y que se asemeja al musgo, es muy apreciada por los coleccionistas; el ágata de fuego, de color rojo o marrón, produce una bonita iridiscencia debido a que se ha depositado entre sus capas finas laminas de hematites y geothita.

Propiedades

El ágata, en general, tiene efectos beneficiosos sobre el ambiente por su capacidad para purificar y recargar energía. En forma de geoda, aporta sensación de paz en la habitación donde esté ubicada. Al ser una piedra de origen mayoritariamente volcánico, en ella la presencia del elemento fuego se halla muy acentuada y actúa como fuente de inspiración y de creatividad. Las ágatas son piedras que sirven para asentar las energías y aportan equilibrio físico, emocional e intelectual y ayudan a centrar y estabilizar la energía física. Favorece la aceptación de uno mismo, fomentando la autoconfianza.  Espiritualmente eleva la conciencia y anima la contemplación serena y la asimilación de las experiencias de la vida, conduciendo al crecimiento espiritual y a la estabilidad interna. Estabiliza el aura, eliminando y transformando las energías negativas. Su efecto limpiador es poderoso.
A nivel físico tiene especial influencia sobre el bazo y el plexo solar; actuando sobre ellos, y eliminando el desequilibrio que suele ser origen de muchas enfermedades. Es niveladora del sistema circulatorio y ayuda a superar los problemas cardiacos. Calma, relaja y equilibra el sistema nervioso. Dicen que es la piedra fundamental para los deportistas. Se la relaciona sobre todo con los nacidos bajo el signo de Libra, aunque tiene afinidad con otros signos: Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Escorpio, Capricornio y Piscis.

Además de las propiedades genéricas, los colores específicos tienen propiedades adicionales:
ÁGATA AMARILLA: De color amarillo grisáceo. Proporciona equilibrio emocional.
Se la relaciona con el chakra del plexo solar y su capacidad de vibración relaja el sistema nervioso. Desarrolla el equilibrio emocional.
ÁGATA AZUL: Con estrías blancas en variaciones de azul de claro a oscuro. Proporciona serenidad, percepción e intuición. Es de un azul profundo y generalmente con estrías blancas. Esta piedra se vincula con el chakra de la garganta o laríngeo en su tonalidad de azul claro y con el chakra del tercer ojo, en azul más oscuro. Proporciona serenidad. Aumenta la perseverancia, intuición y percepción. La intensidad de su energía está directamente relacionada con su pureza.
ÁGATA CORNALINA o CARNEOLA: De color rojo naranja. Proporciona creatividad. Espontaneidad e imaginación. Tiene propiedades electromagnéticas. Dentro de la familia de las ágatas, es las que más energía posee. Se la relaciona con el chakra raíz (roja) y con el sacro (naranja). Favorece la concentración y la exploración introspectiva Proporciona creatividad, espontaneidad e imaginación.
ÁGATA FUEGO: De color rojo profundo. Proporciona energía y despierta el espíritu de lucha. Como su nombre indica, a la luz parece color fuego. Por su capacidad energética, al hacer pasar su energía por la columna y llegar hasta la cabeza, energiza el centro del entrecejo. Se la relaciona también con el chakra raíz y con el sacro. Proporciona energía y despierta el espíritu de lucha.
ÁGATA MARRÓN: De color marrón con estrías beige. Proporciona energía emocional y cósmica. También combinada naranja, con estrías blancas y con centros cristalinos. Actúa sobre el chakra sacro. Produce energía vital y emocional. Aumenta la lealtad. Proporciona energía emocional y cósmica.
ÁGATA VERDE: De color verde en todas sus gamas. Proporciona alegría y activa la circulación. Se la relaciona con el chakra cardíaco y es excelente para fortificar la circulación sanguínea. Como posee un gran valor energético esta indicada para trastornos de corazón, vesícula, e hígado. Con su uso prolongado, previene la obstrucción arterial. Ha sido muy utilizada para tratar la depresión y desarrollar la autoestima.

Los principales yacimientos de ágata se encuentran en Estados Unidos, Mexico, Brasil, Uruguay, India, Botswana y Madagascar.


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