Los chakras

La energía entra en nuestros cuerpos por determinados receptores energéticos. Estos vórtices son llamados “Chakras”, que en sánscrito significa “rueda” o “disco que gira”, y los budistas se refieren a ella como la rueda de la vida o la muerte. Estos centros se extienden en forma de remolinos por el campo etérico que rodea el cuerpo físico y está compuesto por capas sucesivas de energía que vibran a frecuencias cada vez más elevadas. Cada uno de los chakras tiene una parte frontal y una parte posterior, excepto el primero y el séptimo. Todos ellos están unidos por un canal energético que corre a lo largo de toda la espina dorsal. Este canal energético sube y baja a lo largo del sistema del cerebro espinal junto su correspondiente anterior.
Cuando hay estrés o traumas emocionales, el sistema se desequilibra y los chakras se bloquean. La energía vital se altera y no fluye correctamente a los órganos correspondientes de la zona bloqueada, impidiendo la circulación de la fuerza vital. La función principal de los chakras es equilibrar el cuerpo físico y energético, ya que están directamente relacionados con nuestras acciones y nuestras emociones. Cada chakra se relaciona con una parte del cuerpo y con una de las siete glándulas endocrinas. El sistema endocrino regula el equilibrio hormonal y el metabolismo. Las hormonas producidas por las glándulas fluyen directamente hacia la corriente sanguínea aportando energía vital al cuerpo.
Existen siete chakras principales y veintiún secundarios. Entre los secundarios los más destacados son los puntos Lao-Gong en los que se concentra la energía que fluye desde los brazos, el corazón y los pulmones y llega a las manos, con las que hacemos el tratamiento Reiki. Los puntos Yong-quan, que se encuentran situados en la planta de los pies, devuelven la energía sobrante a la tierra. Los siete chakras principales son los siguientes:
Chakra raíz (Muladhara). Situado en el perineo, entre el ano y los genitales. Glándulas corticoadrenales. Centro de la adaptación, supervivencia e instintos saludables. Elemento tierra. Color rojo. Piedras relacionadas con él: rubí, granate, hematites, pirita, turmalina negra, obsidiana, ópalo de fuego. Está representado por un loto de cuatro pétalos de color rojo.
Chakra del sacro (Svadhisthana). Situado entre tres y cinco centímetros por debajo del ombligo. Glándulas de los ovarios y testículos. Está relacionado con la capacidad de dar  y recibir amor y placer en una relación de pareja. También con la calidad del amor hacia la pareja que puede tener la persona. Centro de movilidad. Elemento agua. Color naranja. Piedras relacionadas: crisocola, ámbar, topacio, cuarzo citrino. Está representado por un loto de seis pétalos de color naranja.
Chakra del plexo solar (Manipura). Situado en la boca del estómago. Glándula pancreática. Centro de regulación y distribución de la energía metabólica.  Está relacionado con la autoestima, la acción, la vitalidad y la extroversión, la sabiduría espiritual y la conciencia de la universalidad de la vida y del propio sitio dentro de ella. Elemento fuego. Color amarillo. Piedras relacionadas: topacio imperial, peridoto, ámbar, jade, crisopracio, turmalina sandía, ágata. Está representado por un loto de diez pétalos de color amarillo.
Chakra del corazón (Anahata). En el centro del pecho. Glándula timo. Centro del amor unificador y de la sanación. La apertura de este centro está directamente relacionada con la pérdida del ego, pues es el centro a través del cual se ama; a través del cual fluye la energía de la conexión con toda forma de vida. Cuanto más abierto está este centro, mayor es la capacidad de amar un círculo de vida cada vez más amplio. Cuando este centro se halla en buen funcionamiento, nos amamos a nosotros mismos y a nuestros hijos, cónyuges, familiares, animales domésticos, etc. Elemento aire. Colores verde y rosa. Piedras relacionadas: cuarzo rosa, esmeralda, malaquita, peridoto, turmalina verde y sandía, jaspe, aventurina. Está representado por un loto de doce pétalos de color verde.
Chakra de la garganta (Visuddha). En el centro de la garganta. Glándula tiroides y paratiroides. Centro de sonido, vibración y autoexpresión. Es el dominio de la consciencia que controla, crea, transmite y recibe las comunicaciones, tanto con nuestra sabiduría interna como con los demás. Entre sus atributos figuran el escuchar, el hablar, el canto, la escritura y todas las artes que tienen que ver con el sonido y la palabra. Es también el centro de la creatividad dinámica, la clariaudiencia y la telapatía, pues la comunicación es una clave esencial para acceder a los planos internos y poder utilizar nuestros niveles mentales multidimensionales. Elemento éter. Color azul. Piedras relacionadas: aguamarina, turquesa, ágata azul y musgosa, sodalita, lapislázuli. Está representado por un loto de dieciséis pétalos de color turquesa.
Chakra del entrecejo (Ajna). También llamado “tercer ojo”. Entre medio de las cejas, ligeramente hacia el centro del cerebro. El centro de la frente está relacionado con la capacidad de visualizar y entender conceptos mentales (clarividencia). Esto incluye los conceptos del mundo y del universo de la persona, o la forma en que considera al mundo y las probables respuestas que éste le dará. Elemento luz. Color índigo. Piedras relacionadas: amatista, zafiro azul, lapislázuli, piedra de la luna, cornalina, jade. Está representado por un loto de dos pétalos, cada uno de los cuales tiene a su vez 48 pétalos, de color añil o azul índigo.
Chakra de la corona (Sahasrara). En la coronilla. Glándula pituitaria. Centro que expresa espiritualidad, conocimiento puro y la paz y la armonía con el ser. Elemento energía. Piedras relacionadas: zirconio, diamante, cuarzo transparente. Está representado por un loto de 960 pétalos multicolores. Se asocia con el color blanco y el violeta.

2 comentarios:

  1. Es un escrito antiguo pero está muy bien exlplicado, llegue aquí para complementar información que leí en otra web. Namaste Celeste.

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