Sentirnos bien con los colores

Vamos a dar cuatro pinceladas sobre la cromoterapia para seguir con el tema “Sentirse bien…”

La cromoterapia es un método de armonización y de ayuda para curar de forma natural ciertas enfermedades a través de los colores. Éstos corresponden a vibraciones que tienen velocidades, longitudes y ritmos de ondas diferentes. Ejercen una influencia emocional de la que no se suele ser consciente en general y que permite a nuestra energía vital entrar en un estado que facilita la autosanación.
La cromoterapia ha estudiado los efectos de la vibración cromática en el cuerpo humano, y ha comprobado que las personas que varían diariamente los colores de su vestimenta, por ejemplo, tienen más tendencia a contraer menos enfermedades que las personas que suelen repetir colores día tras día.
El objetivo de un tratamiento de cromoterapia es hacer que la vibración de los colores se ponga en resonancia con la vibración del campo bioenergético de la persona, es decir el aura.
Sabemos que el Universo es energía y que ésta se manifiesta normalmente a través de la luz, la cual se descompone en siete colores principales (diferentes niveles vibratorios), que a su vez coinciden con los colores de nuestros siete chakras (en otro artículo hablaré de ellos). Y sabemos también que los colores que usamos influyen en nuestro cuerpo emocional.
Vamos a ver, pues, el prisma de estos colores:

El color rojo es el que nos comunica con la madre tierra. Nos da energía, calor, seguridad. Ayuda a la circulación de la sangre, en problemas musculares, anemias, resfriados, entumecimiento.
El color naranja nos ayuda a obtener un estado de entusiasmo y alegría. Nos hace dar gracias por todas las cosas que tenemos. Es el color antidepresivo por excelencia. Vitalizador. La depresión, la tristeza, la anorexia, la artritis, el estreñimiento, el reumatismo o el bajo deseo sexual consiguen ser minimizados.
El color amarillo nos limpia la mente y da claridad de pensamiento; nos ayuda a usar bien el poder persona. Es liberador. Estimula la eliminación de toxinas y favorece el rendimiento mental. Ayuda en la hepatitis, ictericia, artritis y rigidez.
El color verde relaja, tranquiliza, nos conecta con la naturaleza, nos ayuda a respirar y es muy beneficioso en los procesos curativos. Es útil para tratar problemas inflamatorios y articulares, dolor de pecho o tórax, dolencias cardíacas.
El color azul nos ofrece un estado de ánimo de paz y sosiego. Es relajante. Ayuda a combatir el insomnio, los problemas hepáticos, las migrañas, los dolores crónicos, la ansiedad, el asma, el dolor de espalda, las magulladuras, dolor de muelas, picaduras, quemaduras, calambres, fiebre, herpes, gripe, lumbago, esguinces, tensión alta. Tiene efecto antibacteriano.
El color índigo nos ayuda a relajarnos a nivel mental, refrescándonos los pensamientos. Es de una gran ayuda a la hora de meditar. Sirve también para aliviar problemas intestinales, oculares y de oído.
El color violeta, en cambio, nos ayuda a relajar nuestro sistema nervioso. Es equilibrante. Mitiga problemas endocrinos y neutraliza heridas emocionales.

Para probar los efectos benéficos de la cromoterapia podemos realizar dos pequeños ejercicios para que nos ayuden a sentir bien en el día a día: por la mañana, antes de la ducha y de vestirnos, conectamos con nosotros mismos y nos preguntamos: ¿Qué color me va bien hoy? Así, como ya expliqué, cuando nos duchamos imaginamos que el agua de la ducha es del color que hemos recibido como respuesta a nuestra pregunta. También es conveniente tener camisetas, camisas o jerseys de todos estos colores para vestirnos adecuadamente a nuestro estado de ánimo. Otro ejercicio consiste en realizar de tres a cuatro respiraciones por cada uno de los colores, imaginándonos que el aire que inhalamos es rojo, naranja, amarillo, etc., y observamos cómo nos sentimos. Este ejercicio nos ayudará a limpiar, de forma progresiva, nuestro cuerpo emocional de aquellas emociones negativas de las que debemos desprendernos.
También podemos intentar, la próxima vez que tengamos una emoción negativa (enfado, tristeza, depresión…) conectar nuestra respiración consciente y preguntar a nuestro cuerpo ¿en qué parte del cuerpo tengo en este momento localizada esta emoción? Y seguidamente nos preguntamos ¿qué color se necesita para liberar esta emoción que se ha activado? Y respiramos conscientemente durante cinco minutos el color en la sitio donde notamos la emoción.

Bueno, todo esto no me lo he inventado yo, existe de tiempos remotos; pero sí realicé un pequeño taller de cromoterapia muy interesante que trataba de todo lo que he explicado y más cosas que iré explicando en otros posts o artículos. Yo estoy segura de que a mí me funciona, aunque todavía estoy lejos de poder decir que lo practico al cien por cien y que estoy libre de emociones negativas o que curo mis enfermedades sólo con la cromoterapia, aunque sí intento ayudarme con su apoyo.
Para el tema de las emociones también es muy interesante la técnica de EFT (Técnicas de Liberación Emocional); pero ese ya será otro artículo.

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