Entre maestros, de Carlos González Pérez


Ahora que está próxima a estrenarse la película "Entre maestros", título que se ha escogido para llevar a la gran pantalla el magnífico libro de Carlos González Pérez Veintitrés maestros de corazón, quiero transcribir unas palabras suyas leídas hoy en Facebook y escritas por él y, además, compartir también con todos vosotros el trailer de la película. Seamos maestros o no, seamos maestros de corazón o no, hay que ver la película.


Leer el libro fue fácil: además de la edición en papel, encuadernada y editada, Carlos nos lo regaló en formato PDF y pudimos leerlo hace ya algún tiempo. Este científico-pedagogo nos hace reflexionar sobre cómo ayudar a los chicos a crecer haciéndose preguntas, siendo ellos mismos sus propios maestros; cómo generar en los alumnos una autoestima que no dependa de ninguna creencia; cómo saber vivir y ayudar a vivir empoderando... Seguir las reflexiones de Carlos, ya sea en sus blogs o en el mismo Facebook, es un placer inconmensurable. Os dejo con sus propias palabras:



EDUCAR DESDE EL ESPÍRITU CIENTÍFICO


“La edad no es un fenómeno físico, ya que los átomos del cuerpo de un anciano son igual de antiguos que los de un niño. La materia no envejece, entonces … ¿qué es lo que se hace viejo en nosotros …?
Este tipo de preguntas son las que hay que llevar a nuestras escuelas, cuestiones cuyas respuestas no están en los libros de texto; solo con preguntas “inquietantes” se puede despertar el espíritu científico. Un examen en el que la autoridad son los temarios, en el que la originalidad del alumno es prácticamente un estorbo, en el que se quiere poner una nota a la inteligencia sin provocarla … es un generador de cientifistas y no de científicos. 
Un temario nunca puede estar por encima de la inteligencia de los alumnos, por la sencilla razón de que éste está muerto y ellos vivos. Un maestro, de corazón, es ante todo un ser consciente de la vida que crea y que ve en sus alumnos también a creadores de vida. Los profesores no han de estar al servicio de un plan de estudios, sino al servicio del amor a la vida.
Un educador ha de provocar la sabiduría en sus hijos o alumnos; las preguntas inquietantes, cuyas respuestas están más allá de las creencias habituales, son una poderosa herramienta para lograrlo. Cuando un maestro formula una en su aula está invitando a sus alumnos a un viaje de descubrimiento, convirtiendo a su clase en una nave exploradora de nuevos e incógnitos territorios, una experiencia así jamás es olvidada por sus alumnos: es educar desde el espíritu científico.”

La Danza de la Vida (Carlos González Pérez)



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