Albahaca

Albahaca (en catalán Alfàbrega)

Esta planta podemos cultivarla perfectamente en macetas, para ubicarlas en terrazas, en el alfeizar de las ventanas o incluso en el interior de nuestros hogares. Es un magnífico repelente de insectos, y en verano resulta muy aconsejable tenerla cerca de donde vayamos a estar, ya sea en el jardín o en la terraza, pues los mosquitos y demás insectos no se nos acercarán.

La albahaca dulce (la más común), cuyo nombre científico es Ocimun Basilicum, es una planta herbácea anual, perteneciente a la familia de las labiadas, cuyo tallo alcanza una altura de poco más de medio metro. Las hojas suelen ser lanceoladas, de color verde claro, con un tono mucho más vivo en la parte superior. Su follaje es muy aromático. Sus pequeñas flores, que salen agrupadas, de color blanco o rosadas, aparecerán en verano (julio o agosto). No obstante, cabe decir que existen más de 40 especies de este vegetal.

La planta contiene un aceite esencial de composición variable, y su constituyente principal es el estragol, acompañado de linalol, lineal y alcanfor. Además del aceite, sus hojas contienen tanino.


Cómo cultivarla

Para su correcto desarrollo, las semillas o los esquejes deben plantar en tierras con sustratos ricos, húmedos, aunque sin llegar a estar encharcados y con un buen drenaje. Su plantación  debe realizarse en primavera, una vez pasado el riesgo de heladas, ya que no tolera bien el frío. Puede cultivarse en semilleros y una vez que la planta brota, se trasplanta al suelo o a una maceta. Si la mantenemos en el interior, podremos utilizar las hojas durante todo el año.

Si queremos que crezca sana y con un follaje abundante, hemos de recortar sus ramitas cada dos o tres semanas; la poda es una forma fácil de estimular su crecimiento. También será necesario agregar de vez en cuando abono orgánico a la tierra, aunque no es conveniente añadir fertilizantes en exceso, ya que sacrificaremos el sabor de las hojas para lograr un crecimiento mayor.

En el momento de la recolección, que se realiza antes de la floración, ya podemos utilizar las hojas frescas. Si queremos que sus propiedades duren por más tiempo, será necesario secarlas. Para ello, se dejan en un lugar ventilado y oscuro. Cuando estén secas, se almacenan en frascos de vidrio. Hay que tener en cuenta que la albahaca se estropea con facilidad.

Uso en la gastronomía y remedios naturales

Las hojas son la parte que se utiliza en la cocina, tanto si son frescas como secas. Las frescas poseen mucho más aroma y sabor, sobretodo si se cortan las hojitas a mano en lugar de picarlas. Si no se quieren conservar secándolas, también es posible congelarlas. Para retener su aroma y sabor es mejor usar sólo un poco durante la cocción y añadir el resto al final.

La albahaca es muy conocida como la base del pesto genovés; combina bien con el ajo, el aceite de oliva (se puede dejar macerar en él); con el limón y los tomates. Su sabor realza los platos con berenjenas, así como también las patatas, las judías secas y el arroz.

Sus aceites esenciales se utilizan también en la elaboración de licores o para aportar aroma a sopas y guisos. El aceite que usemos habitualmente tendrá un sabor diferente si durante unos días dejamos macerar unas hojas de albahaca en él.

Se prepara en infusión para combatir la depresión, el agotamiento, el insomnio y la jaqueca. Es digestiva, antiespasmódica, contra la falta de ganas de comer, dispepsias nerviosas, es carminativa, puede aumentar la secreción de leche en las madres. Es diurética y disminuye estados febriles. Se la utiliza como digestivo, contra espasmos gastrointestinales, y contra parásitos intestinales. Es antitusiva y eficaz contra la faringitis y laringitis. También se la emplea para combatir la halitosis. Así mismo en jaquecas de origen nervioso o digestivo,  y como sedante. Activa el sistema inmunológico y aumenta los anticuerpos. Se le atribuyen propiedades afrodisíacas.

También para calmar irritaciones cutáneas, y combate el acné (aplicada como cataplasma). Es cicatrizante, analgésica, antiséptica y contra las inflamaciones osteo-articulares.

Como vemos se puede aplicar en infusiones, cocimientos, cataplasmas, también se fabrican pomadas, tinturas, bálsamos, lociones, compresas, jarabes, jabones, cremas, fresca y seca, en polvo.

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