Las plantas aromáticas cultivadas en casa

Motivos para empezar con el cultivo de plantas aromáticas, o de ciertos vegetales que no requieren mucho espacio en casa, los hay de sobra: desde el simple hecho de encontrar satisfacción por algo que hemos hecho crecer nosotros mismos y lo hemos cuidado,  y consiguientemente sentirnos muy bien por ello, y mejorar nuestra autoestima, hasta para ahorrarnos algunos céntimos a la hora de hacer la compra diaria, añadiéndole el detalle del certificado de calidad.
Así que si bien es casi seguro que quien dispone de un trocito de jardín debe dedicar ya alguna porción a huerto, no por el hecho de carecer de él tenemos que renunciar a nuestros propios cultivos. En una terraza, balcón, o incluso en un alfeizar de una ventana debidamente protegido podemos tener nuestro “huertecito”.
Existen casi unas cuarenta especies de hierbas aromáticas que se pueden cultivar en la terraza o en el balcón de casa sin demasiada dificultad. Y he pensado dedicar  algún artículo del blog a escribir sobre lo que podemos cultivar en casa sin necesidad de tener un gran espacio para ello, tanto plantas aromáticas como hortalizas.

Empezaremos por las plantas aromáticas.

La siembra de las especies aromáticas se suele realizar entre marzo y abril, según las regiones y el clima, pero en junio también es posible colocar en nuestro balcón una jardinera con plantas de este tipo adquiridas en un vivero en donde se venden dispuestas ya para el trasplante. En cualquier caso, sea de siembra con semilla o ya con la plántula, hay que preparar un recipiente de unos 30 a 50 centímetros de profundidad, ya que las raíces de las plantas aromáticas son bastante largas y alcanzan considerable desarrollo; hay que utilizar tierra compuesta de mantillo normal para plantas de exterior con una mezcla de un cuarto de arena; si la tierra ya lleva un tanto por ciento de abono natural nos ayudará a conseguir un cultivo lo más ecológico posible, pues deberíamos rechazar los abonos químicos.
Se puede hacer la plantación en jardinera o en maceta, teniendo en cuenta el futuro desarrollo de los ejemplares; como, por lo general, las plantas aromáticas son de tipo perenne podemos pensar que dichas plantas deberán permanecer en la misma jardinera durante dos o tres años antes de proceder al cambio de tierra y por consiguiente al trasplante de las mismas. Hay que dejar una separación de unos quince centímetros en todos los sentidos. Es conveniente exponer las plantas aromáticas en posición este, aunque viven bien en cualquier orientación siempre que al sitio no le falte luz ni aire. Hay que regar con moderación, pero no de forma escasa; según la estación y la posición de la terraza habrá que regar dos o tres veces por semana. Es interesante remover con frecuencia la tierra de alrededor de las plantas para facilitar la absorción de agua y evitar la formación de costras y moho. También hay que ir arrancando las hierbas infestantes en caso de que aparezcan. Y, como lo que queremos son plantas aromáticas y no de flor, se han de eliminar los ápices con flores apenas aparezcan, cortando los tallos unos diez centímetros por debajo de la flor. La recolección se hará por la mañana, en días de sol y a ser posible después de un período intenso de calor, así las hojas serán más ricas en aceites esenciales y por lo tanto más aromáticas. Se tienen que poner a secar las especies de hojas olorosas colgando de una cuerda horizontillos diferentes tallos cortados con las hojas hacia abajo, en un lugar umbrío, cálido y ventilado. Se pueden separar las hojas de los tallos en cuanto estén secas; y conviene guardarlas en tarros de cristal o de barro cocido.

Vamos a ir detallando, a partir de ahora, en otros posts, las hierbas aromáticas más conocidas y de las cuales podemos encontrar semillas o brotecitos dispuestos para el trasplante. Por el momento, preparad el terreno, o lo que es lo mismo, la maceta.

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