Fruta y verdura ecológica

Desde hace ya bastante tiempo, salvo en casos muy puntuales en los que no tengo más remedio, intento comprar o consumir (según pueda haberlas cultivado o no en mi propio huerto), frutas y verduras ecológicas (orgánicas o biológicas, como también se les llama). En casa no utilizamos ningún abono o fertilizante químico, de la misma manera que tampoco usamos insecticidas para el control de plagas. Que el agua de riego o el propio terreno contenga sustancias nocivas por filtraciones ya no lo podemos controlar tanto (al menos hasta el momento), aunque podría ser un siguiente paso.
Entono el “mea culpa” cuando se trata de consumir productos y derivados del sacrificio animal, pues todavía no he logrado desterrar de nuestra dieta estos productos, aunque tengo que decir en mi favor (aún no puedo hablar por el resto de la familia), que cada vez los consumo en menor cantidad y procuro que sea para equilibrar nuestros nutrientes.
Pero lo que nos interesa para este artículo es el tema de las frutas y verduras ecológicas.

Diferencias entre las frutas y verduras ecológicas y las convencionales


La diferencia entre los productos ecológicos y los convencionales está en la forma en que se cultivan las plantas. Las regulaciones para cultivos orgánicos son variables en cada país o región, pero en general los productos orgánicos no utilizan ni pesticidas, ni fertilizantes sintéticos (con la rotación de cultivos se garantiza que la tierra no quede empobrecida), ni organismos transgénicos.

En la agricultura ecológica los niveles de emisiones de dióxido de carbono, óxido de nitrógeno, metano y de amoníaco por hectárea, son más bajas que en la agricultura convencional.

Otras diferencias las encontramos por ejemplo en el control de insectos y enfermedades, ya que un cultivo ecológico se caracteriza por la utilización de animales depredadores de insectos, en caso de plagas e incluso de barreras física, sin necesidad de utilizar ningún tipo de insecticida. Tampoco se utilizan herbicidas sintéticos, sino que el desmalezado se hace manualmente.
Además de no contener apenas sustancias químicas tóxicas (no se puede controlar del todo el que a los cultivos biológicos no les afecte ningún tipo de toxicidad o contaminante, por más que se intente), parece ser que, en general, las frutas y verduras ecológicas tienen mayor concentración de antioxidantes, de vitaminas y de minerales que los tradicionales.
Así, a los cultivos convencionales usualmente se les detecta un tanto por ciento elevado de residuos de químicos artificiales. Solo los pesticidas ya pueden traer muchos problemas de salud, como alergias alimenticias, malfuncionamiento del sistema endocrino, reducción del sistema inmunológico, función reproductiva reducida e incluso desarrollo de ciertos tipos de cáncer, aunque se nos explique por parte de los defensores de los productos tradicionales que las cantidades de productos utilizados tanto para el cultivo como para la conservación no son en ningún modo perjudiciales para nuestro organismo. Bueno, cuanto menos metamos este tipo de productos en nuestro cuerpo, mejor, ya que seguro que no nos libramos por otras vías.

 (Estas dos fotográfias están tomadas de un amigo y lector ocasional del blog, Pagèsiprou, que espero que no se enfade por hacer publicidad de sus cultivos biológicos. No he incluido ninguna fotografía de los míos, pues en estos momentos está cayendo una lluvia casi torrencial que hace que no tenga ninguna gana de bajar a hacer fotografías. Y he probado hacerlas desde la ventana, pero no se aprecia bien, así que en otra ocasión será.)

¿Cómo saber si estamos consumiendo productos ecológicos o no?
Lógicamente, si son productos de nuestra huerta dependerá de nosotros mismos que sean ecológicos o no.

Pero los productos que encontramos en comercios especializados son alimentos de calidad controlada, que se hacen eco de las exigencias en transparencia de sistemas de trazabilidad de la cadena agroalimentaria.

Estos productos ecológicos son certificados por entidades, públicas o privadas, autorizadas y supervisadas por las administraciones autonómicas, que verifican el cumplimiento de los requisitos de la producción ecológica.

En 1972 la Federación Internacional de Movimientos por la Agricultura Orgánica (IFOAM) fue fundada con el objetivo de introducir mundialmente sistemas ecológicos, sociales y económicamente razonables. Desde el año 2000 los productos de la agricultura ecológica de la Unión Europea están señalizados uniformemente por un sello orgánico, cuyo contenido debe tener por lo menos un 95% de pureza orgánica. Este es el sello que se utiliza desde hace un par de años.


Espero que os animéis a consumir frutas y verduras ecológicas. ¡¡Hasta la próxima!!



2 comentarios:

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