Fabricar el abono para nuestros cultivos

Hablemos un poco del abono necesario para que nuestras plantas crezcan sanas y vigorosas. Evidentemente, en el mercado encontraremos diferentes tipos de abonos químicos, y también orgánicos, incluso algunas tierras para maceta ya vienen con el suficiente compost para una buena temporada. Pero lo interesante del tema es fabricarnos nosotros mismos el abono.

El compostaje es un proceso de transformación de la materia orgánica para obtener compost, un abono natural. Hacer compostaje es fácil, limpio, y no tiene por qué dejar malos olores. La única condición es no mezclar restos de carne, pescado o de otro animal. Se pueden fermentar las pieles frutas y hortalizas, además de los restos del jardín, mezclándolos con un poco de tierra.

Existen modelos de compostadores exteriores de todos los tamaños (incluso para un balcón o terraza) pero si tenemos un jardín podemos fabricarnos nosotros directamente la compostadora.

Personalmente, cuando vivía en un piso en el centro de una ciudad, reciclé un comedero de perros tipo “tolva”, con una puertecita abatible, de unas dimensiones adecuadas para un balcón, y con él estuve fabricando abono durante una buena temporada. Así que… imaginación y a fabricar nuestro abono.

El procedimiento del compostaje es muy sencillo. Los restos orgánicos se descomponen solos, si los reunimos en un sitio donde pueda traspasar el aire pero que quede relativamente aislado (para evitar temperaturas extremas, exceso o falta de humedad y sol directo). Bueno, no es que los restos orgánicos se descompongan solos, los gusanos, los insectos y los microorganismos presentes en el medio ambiente colaboran a su descomposición. Podemos ir alternando por capas los restos orgánicos con restos de tierra de macetas que tengamos para desechar (es conveniente hacerlo por capas e ir mezclando). Pasado un tiempo sólo deberemos recoger la parte inferior del compost y, si es necesario, pasarlo por un tamiz de malla fina. Lo que no se cuele todavía por el tamiz lo volvemos a incorporar de nuevo al compostaje por la parte de arriba y lo mezclamos para reincorporarlo.

Si hacemos las aportaciones necesarias de cada tipo de material, observando con cuidado si hay que añadir más material seco o húmedo, no se tendrá que regar nunca el compostador. No obstante, en verano será conveniente regarlo si se ve que en algún momento está muy seco debido a las altas temperaturas ambientales. Para evitar que se produzcan mosquitos o insectos propios de los restos de comida, se puede echar por encima de todo restos de ceniza, así seca un poco la parte superior y el trabajo del compostaje se sigue haciendo internamente.

En caso de que no haya bastantes restos de cocina (activadores del proceso), siempre podremos recurrir a un acelerador granulado a base de microorganismos y sustancias orgánicas, que actúan sobre residuos vegetales y otras materias degradables, acelerando su descomposición.

De cada 100 kg de basura orgánica se puede obtener 30 kg de compost.

Alicientes para empezar a fabricar nuestros propios compost, pues muchos, desde la satisfacción de hacerlo nosotros mismos hasta el ahorro que nos puede suponer, pues en algunos municipios incentivan este hecho con una  rebaja del impuesto municipal por “recogida de basuras” (en muchos casos proporcionan ellos mismos el cajón de compostaje), además de tener nuestras plantas y cultivos abonados sin productos químicos. Eso sí, hay que confeccionarse o buscar un compostador que funcione bien para que no genere ningún tipo de olor. Y, de todas formas, ubicarlo en un lugar lo suficientemente aireado. A partir de aquí, a abonar nuestras plantas.

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